Una de las tareas fundamentales de las/os profesionales de la orientación es el asesoramiento en acción tutorial, la cual es un elemento clave de la función docente del profesorado al tratarse del primer nivel de intervención orientadora más directo con el alumnado, así como por considerarse un factor de calidad de la enseñanza y un derecho del estudiantado. Con sus intervenciones en los centros, las personas orientadoras deben actuar como un agente del cambio de las dinámicas instauradas, ofreciendo recomendaciones, formación específica y/o apoyando la generación de espacios para compartir experiencias y progresos.
Atendiendo a la legislación educativa actual, la LOMLOE (2020), el profesorado debe impulsar la enseñanza basada en el enfoque competencial del aprendizaje. Para solventar las dificultades que pueden darse en el equipo docente para llevar a cabo este cometido, cabe resaltar la función de asesoramiento metodológico propia de las/os profesionales de la orientación ya sea desde los equipos externos o desde las unidades o departamentos dentro de los centros.
La tutoría contribuye al desarrollo de todas las competencias, aunque de un modo especial a la competencia social, personal y de aprender a aprender. En consecuencia, la acción tutorial debe ser reforzada contando para ello con el apoyo de las orientadoras y los orientadores que tienen que otorgarle una mayor dedicación a su función de coordinación y asesoramiento metodológico.
En esta línea se sitúan los resultados del artículo titulado “La acción tutorial para el aprendizaje competencial en educación primaria: opinión de orientadores de equipos de orientación” publicado por la REOP en el que se pone de manifiesto tanto la importancia del asesoramiento por parte de las/os profesionales de la orientación, como la necesidad de disponer de equipos directivos con una alta capacidad de liderazgo y compromiso con la mejora e innovación de los procesos educativos. Sin embargo, en los hallazgos de este trabajo se muestra que parece que se dedica poco tiempo a esta labor centrándose principalmente a la respuesta a las demandas de evaluación psicopedagógica, al estar su figura asociada casi exclusivamente con la atención a la diversidad del alumnado con necesidades específicas. Como autocrítica señalan que no suelen asesorar en formación en competencias porque no se les solicita, y que podrían tener ellos/as la iniciativa sin esperar a su requerimiento pero que, con carácter general, no lo hacen por falta de tiempo a causa de múltiples tareas burocráticas. Por otra parte, concluyen que la mejora de la cultura colaborativa y de la coordinación vertical y horizontal favorecerán el desarrollo óptimo de la acción tutorial y orientadora.
Autoría: Ana María González Benito, profesora en la UNED
