La educación sexual de la juventud es una demanda reivindicada desde hace décadas por numerosos colectivos sociales, sin embargo, sigue siendo una asignatura pendiente en el sistema educativo español. El formato habitual, cuando llega a las aulas de educación secundaria, suele ser el de sesiones puntuales, breves e informativas sobre las enfermedades de transmisión sexual, la prevención de embarazos no deseados, y el uso de ciertos métodos anticonceptivos. En cambio, la literatura especializada y la legislación recientes inciden en la necesidad de adoptar un enfoque transversal de educación sexual integral. Es necesario conocer cuáles son las necesidades de las personas destinatarias para que las intervenciones les resulten de interés.
Desde esta premisa se gestó el estudio publicado en la Revista Española de Orientación y Psicopedagogía, con el título Opiniones de alumnado de educación secundaria sobre la educación sexual recibida y deseada. Nos pareció relevante indagar tanto en la formación recibida como en la que les hubiese gustado recibir. La primera dimensión permitiría hacer un sucinto recorrido por la percepción que tienen acerca del tipo de formación que se les ha brindado tanto a nivel familiar como escolar. La segunda dimensión debía ofrecer conocimientos para fundamentar una propuesta alternativa de educación sexual.
Para aproximarnos a nuestros propósitos contactamos con los departamentos de Orientación y equipos directivos de varios institutos de educación secundaria de Sevilla capital. Finalmente participaron veintiún estudiantes de 4º curso de Educación Secundaria Obligatoria de tres institutos. Para conocer sus experiencias y opiniones optamos por organizar sesiones en las que se generasen debates, se compartiesen experiencias, se formalizasen demandas, etc. Los tres grupos resultantes, uno por cada centro educativo, contaron con una media de siete participantes (autorizados con los preceptivos permisos paternos al ser menores de edad).
El análisis del contenido de tales sesiones ha evidenciado que la formación recibida es deficiente en general, dispar, deslavazada, centrada en la prevención de riesgos, pensada sólo para heterosexuales, proporcionada a veces por familiares, a veces por amistades y/o internet. Han sido escasas y puntuales las actividades formativas organizadas por los institutos. Sienten que no se les habla con claridad, que sigue siendo un tema tabú para muchos adultos con los que se relacionan.
Ante esa situación, reclaman principalmente lo siguiente: que se incorpore de forma ordinaria al currículum escolar —la consideran más importante que otros contenidos curriculares—, que se inicie antes del segundo ciclo de educación secundaria obligatoria, y que se amplíen las temáticas y las perspectivas.
Tienen claro que se han de diversificar los contenidos alejándose de visiones más tradicionales de las relaciones sexuales; creen que debe cambiar el formato de las actividades para que ellas y ellos sean protagonistas y no meros receptores de información. Demandan: participación activa, que se les escuche, se les ofrezcan respuestas, se les respete y se enfatice la dimensión afectiva.
Los departamentos de orientación, con la colaboración de todo el profesorado y, a ser posible, con las familias, deben dar pasos firmes en pro de una educación sexual integral de calidad.
Autora: Victoria Muñoz Tinoco (Universidad de Sevilla)
Enlace a artículo: https://revistas.uned.es/index.php/reop/article/view/45143